De donde han salido mis labios con blanca humedad
Por eso vine a la costa
Buscando la singladura de habitables pensamientos terrestres
Que se acumulan y se conservan
En las olas doradas en las gaviotas tenues
Alzo mi cuerpo entonces de entre las arenas
Avanzo con rumbo a los campos
A reencontrarme con girasoles de agua
Las alas despiertan de su soñar
Convirtiendo el aire en escaleras que me conducen a la remembranza
De ideas sublimes sobre el cuerpo que espera mi retorno
Esos jardines en el regreso de vida
Esas montañas y su ansia de cielo
Esa fauna hambrienta de frutos
Todas estas visiones flotando van por la cabellera del alba
Aquella durmiente luz
Que escarba en el sueño buscando tesoros en las manos de las gitanas
Pasa mi sombra por debajo de los puentes
Y se avistan las colinas donde habita la infanta de mis silencios
A quien le traigo la albura del océano
Para regarla por los andenes
Estaré aquí para siempre
Consolándote por cada pequeña ave que cae de su nido
O por cada flor arrancada de nuestro parque neblinoso
Ya estoy aquí
Suelta los atardeceres eléctricos
Para que recorran las calles solitarias y vuelvan a reinar las alondras
Déjame que acomode el amor de mis palabras que brotan de esa fontana que eres tú
Con el corazón abierto en todos los ríos
Como si fuera el día en que el crepúsculo nos amó de la misma manera que sus hijos
Dormir bajo la alameda de la luna y de las estrellas
Juntos es mi más ponderado deseo
Tras un largo viaje entre desgastados helechos
Esta es la oportunidad que nos da el rocío de la noche
Para rehacer cada movimiento en nuestro lienzo inconcluso
Así es como vuelvo a amarte
Pues a veces mi mente escapa a la región de la inocencia
Y recupero mi estado natural
Pero mis ojos y los otoños
Nunca dejarán de agradecerte por el afecto recibido
Y seguir fascinado por tus armonías de sol
Siempre vuelvo a entibiarme en tu pecho boscoso
Pues tu amor no es cosa común
Y nuestra existencia depende de ambos
Regresaré siempre a amarte
Hasta que el viento nos vuelva una ebullición de blancas rosas en el mar
20-22 de Noviembre 1998
Este poema, inédito hasta la fecha, lo escribí luego de una vista a la playa Cantolao, en el Callao, acompañando al recordado escritor Felipe Buendía, a quien conocí en la fecha señalada y quien falleciera unos años después. Si notan un cierto romanticismo en el texto, es porque es algo inherente al surrealismo, como sabrán algunos... ^_^
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