a mis padres
Encalado ambiente
conectado en telas para la estancia,
vienes llamando a la lenta alfombra
fascinada por las escaleras sin vírgenes
y las ventanas atrapadas.
Ya se dejan colgar los hombros
y con ellos correr a las alas de la cena,
oyendo sin querer manos de
un sosegador místico sedoso.
Los bordes acercan a las zapatillas del cielo
y se ocurren punto por punto
los arduos trabajos de los bigotes,
de las aguas que se van acabando
para que vuelvan a surgir
los cantos alternados de delicioso marfil.
Todos los días a la búsqueda
de nuevas corrientes paternas
levantan velas los gramos sin filas definidas
llevando consigo la giración del sol,
y renacerán de la esponja de la nieve
para contarnos un cuento entre todos
sus peines dorados.
La luz vestida de barcas
penetra acariciando a la oscuridad distante,
se encuentran las labores en los sietes,
y el dormir de los candados
se caza con zumbantes hierros
que guardarán los secretos de los botones
y los vuelos de las polillas.
Enero de 1995
Este poema se publicó dos veces: Primero en Mammalia -con el titulo de “XXVIII”, ya no recuerdo por qué- (Año IV, No. 3, Marzo de 1995), boletín poético del grupo del mismo nombre que integré; y luego en una plaqueta de tiraje reducido que me editaron en el Taller de Poesía de la Universidad de San Marcos, en Junio de 1995. En ambos casos el poema apareció sin la dedicatoria, ya no recuerdo por qué. Si se leyera el texto sin la dedicación talvez no se le entendería. Se supone que es el último poema de la colección Música De Gargolillas (1993-1994). Se supone…