viernes, 30 de enero de 2009

Aposento

a mis padres

Encalado ambiente
conectado en telas para la estancia,
vienes llamando a la lenta alfombra
fascinada por las escaleras sin vírgenes
y las ventanas atrapadas.
Ya se dejan colgar los hombros
y con ellos correr a las alas de la cena,
oyendo sin querer manos de
un sosegador místico sedoso.
Los bordes acercan a las zapatillas del cielo
y se ocurren punto por punto
los arduos trabajos de los bigotes,
de las aguas que se van acabando
para que vuelvan a surgir
los cantos alternados de delicioso marfil.
Todos los días a la búsqueda
de nuevas corrientes paternas
levantan velas los gramos sin filas definidas
llevando consigo la giración del sol,
y renacerán de la esponja de la nieve
para contarnos un cuento entre todos
sus peines dorados.
La luz vestida de barcas
penetra acariciando a la oscuridad distante,
se encuentran las labores en los sietes,
y el dormir de los candados
se caza con zumbantes hierros
que guardarán los secretos de los botones
y los vuelos de las polillas.

Enero de 1995

Este poema se publicó dos veces: Primero en Mammalia -con el titulo de “XXVIII”, ya no recuerdo por qué- (Año IV, No. 3, Marzo de 1995), boletín poético del grupo del mismo nombre que integré; y luego en una plaqueta de tiraje reducido que me editaron en el Taller de Poesía de la Universidad de San Marcos, en Junio de 1995. En ambos casos el poema apareció sin la dedicatoria, ya no recuerdo por qué. Si se leyera el texto sin la dedicación talvez no se le entendería. Se supone que es el último poema de la colección Música De Gargolillas (1993-1994). Se supone…

miércoles, 21 de enero de 2009

A Veces El Cielo Estaba En Los Charcos…

A veces el cielo estaba en los charcos
Junto a nuestros juegos
También aparecían fugaces cabelleras en las aceras
Por las noches agradecíamos el aroma del jazmín inmaculado
Rondando por los parques
Buscando la amistad entre el pasto y los arbustos
Pues cada uno portaba
La linterna de lo hermoso y sorprendente del primer querer
Un recuerdo lejano que se acerca al acabar melodías dispersas
Las horas eran inocentes como los tréboles al atardecer
Porque no sonaba ningún teléfono
Y nos recocíamos por los silbidos inventados
Por los insectos cazados por los ojos cristalinos
O alzando las manos nos saludábamos a través del viento
Ahora todo ello está marcado por el blanco secreto de ser amigos

11 de Mayo de 1999

Poema inédito hasta la fecha. En memoria de mi adoraba infancia en San Felipe (Comas, Norte de Lima).

martes, 13 de enero de 2009

I

Cuando eres princesa de los confines arenosos
Tu silueta de humo es una fruta apuñalada
Senos de ventana escarpada
Suenan nuestros órganos al aire
Amanece como una herida sola
Y delinea la burbuja en la que volamos
Lamento de cuello largo como el agua
Atrapa mi sólida electricidad
Cierra tus luces
Fuera de mis manos entre mi nada

9 de Mayo de 1997, 2:49 p.m.

Este es el primer poema de los cuatro que conforman mi plaquette Canto En El Fuego (Ediciones De Los Campos Magnéticos, 1997). Es falso -como se rumorea por ahí- que estos poemas los escribí en colaboración ('al alimón' dicen los españoles) con un poeta de Villa El Salvador.

martes, 6 de enero de 2009

A Campo Traviesa...

a Javier Sologuren

A campo traviesa
La luz de esbelta luna
Se posa sobre las hierbas
Del abrazo al beso alumbrados
Pues somos de estirpe lejana
De estas raíces nace la sangre continua
Pero aquel astro plateado
Lanza rayos calmantes
Ante el viento que vigila
Nuestros azules movimientos

20 de Abril de 1998

Poema inédito hasta la fecha, dedicado al gran maestro.