viernes, 27 de febrero de 2009

III

Habitas los picos elevados con aguas ambarinas
Tu mirada es el tacto de infinitas arañas
Sobre un manto de leche
Y ves los espejos a la distancia
Los estragos de tus caderas
Lamen furiosos el viento rugoso
En el castillo estrellado en donde palpas las mareas
Los instantes a mi lado se derriten en tus ojos
Intacto mi amor naufraga por tu sangre
Colocándose entre la brisa de los cráteres luminosos
Y las fervientes constelaciones humanas

5 de Junio de 1997, 8:55 p.m.

Este es el tercer poema que conforma mi plaquette Canto En El Fuego (1997). Como podrán ver de él salieron –eventualmente- dos cosas importantes: El nombre de mi grupo de música Ambarina, y el título del que será mi segundo poemario Espejos A La Distancia a editarse en un tiempo. Eso espero...

viernes, 20 de febrero de 2009

IV

Ya estoy largo de la Noche.
Delicia de paraguas hirviendo los bismutos
al comparar la pared que es
el paso del tiempo,
como un mismo mulato haceriado
de niños por fragores.
Pulseando la tumba de los pequeños momentos
me quedo en mi mitad peatonal
y sigo siendo hombre entre las lagunas.

Oh arpas aquietadas y somnolientas,
mañana quisiera saber el no saber
el lado de producción de mi reducida
oblación sirviente,
y afiebrarla
y besarle en una perla cadente.

Me afloro: Ya estoy larguísimo de lo contrario.
Suerte a lo que perdure.

Septiembre de 1994

Este poema –muy celebrado por Manuel Pantigoso en la época que integré su taller de poesía organizado por Mammalia, y quien luego se olvidó de mí magistralmente en una antología sobre los 90’s- apareció en mi plaqueta Guarismos (1994). También fue elogiado por Miguel Ángel Huamán para variar la cosa ^_^

Actualización al 01/04/2009: Este poema aparece en la página 67 del libro ensayo Técnicas De Restauración Poética (Lima: Universidad Nacional de Educación, 2008) de mi amigo el poeta Antonio Sarmiento (Chimbote, 1966) a quien agradezco mucho por la mención en su estudio ^_^

lunes, 16 de febrero de 2009

Llevo Años Desenmarañando...

llevo años desenmarañando
las filigranas de mi alma
siglos acostándome bajo las sombras
proyectadas por las estrellas

pero como ya es costumbre
el llamado del cuerpo musical
resonando en las paredes barrosas de la vida
es mucho más enérgico madrugando
en el eterno desconcierto
de huesos dolientes y de manos callosas
clamor que no obstante
es imposible dejar de percibir
a través del resquemor del tedio del dolor

no es buena opción
dejarse llevar por la corriente
como deslucida hoja de otoño

no importa hacia dónde se dirijan nuestros ojos
siempre veremos las secretas vías del viento
sin rosas espinelas sin artefactos simples
para que así evitemos
los farallones de la costa inanimada
o las selvas negras de este sentimiento

si los espíritus vuelan tan lejos
como les es posible con su solo deseo
espero que nosotros alcancemos
esas nubes esos destellos
cuando la madeja esté terminada
luego de tan ardua labor abstracta
y que el tiempo señor de las tormentas
sepa recompensarnos con sus frutos
por los días padecidos y las noches desveladas

25 de Septiembre 2008 - 10 de Febrero 2009, 4:57 p.m.

Poema recientemente terminado. Los 4 primeros versos se escribieron el año pasado, luego de cierta efímera felicidad. El resto fue escrito hace unos días, después de cierta fugaz tristeza. Lo leí el pasado Martes 10 en un breve recital, tras 4 años sin leer en público.

martes, 10 de febrero de 2009

II

Las aves se hacen canto en el fuego silencioso
Mientras la sangre de los árboles apretados
Sombran de luz el horizonte
En el arroyo de oscuridades
Caen tus alas de mariposa noval
Y vuelan gotas purificantes de inclinada tonalidad vespertina
Combaten el rocío negro
Todos los espacios llenos de agujas
De repente veo como te escapas del lienzo
Abrigador de pulverizados rayos de sol
Y nuestros labios aromando los espejos olvidados
Que cayeron con el alba ojerosa
Llegas a mí para abolir a la muerte
Inventando el nacimiento del mundo
Dentro de tu máquina cosedora de cabelleras espaciales
Otra vez hirviendo el vaivén de las hojas
Cansando las olas bajo la tierra
Tu vida hace respirar a mis dormidos ceramios antiguos
Dejando dentro de mi cuerpo
Un olor fosforescente y puro de azul reflejo ventoso

9 de Mayo de 1997, 2:27 p.m.

Este es el segundo poema de los cuatro que conforman mi plaquette Canto En El Fuego (Ediciones De Los Campos Magnéticos, 1997), que como ya les dije escribí y publiqué en solitario como siempre...