con el polvo selectivo, de a como sueltan
voces sentidas, voces del barranco en vaso.
A qué punto quejarse avental?
Este cuello quiebra de guitarra a guitarra,
pero pobre sin su persona ovalada y triste
porque nos inventa la palabra cual cántaro humoso y largo,
y converso pasado, sonando a muro frontal,
tratando ocurrir hierbas, caminado pendones.
Singlé aquella repetición muy libre ayer,
probable cortinaje a vestía, alumbrando sonrisas,
bandadas como bases pétreas besables.
He sufrido un amigo en mis asombros
y siento que puerto se aleja
pintando olvidos de juglares en que
agua para este reloj que mujer cura
con un tener,
con unas casas que parten al tarde sur,
queriendo ella su viento en una farsa.
1994
Este poema vallejiano (y ahora diría hasta [neo]barroco; si es que estoy mal en mi percepción, corrígeme Róger), no había sido publicado hasta la fecha, y pertenece al poemario inédito Música De Gargolillas (1993-1994), el cual parece que continuará, lamentablemente, bajo esa condición editorial por un buen tiempo más ^_^