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sábado, 28 de febrero de 2015

Podrían Pasar Las Manos...

PODRÍAN pasar las manos
sobre el océano tan solo
cuando esté profundamente dormido
sobre las deshojadas sábanas
que hundimos con nuestras orejas
circundadas de azulejos
semejantes a los olivos
que traen las palomas en sus picos
entre
los rayos de la luna que está sentada
junto a la diseñadora del parque
invernal por el que se puede
caminar con largos pies
prestados por los zancudos
o con las migajas que se
derraman de las panderetas
tocadas por las brisas
en el momento oportuno
y cerrar las puertas mojadas de ventanas
dando la acuarela
de las sombras que los lápices
infantiles trazan encima
de maderas profundas
cuando las gaviotas retornan
de la lucha cuerpo a cuerpo
con los topos en aquellos sótanos
de cuarzo preciso
bordeando todas las nubes
imantadas y fascinantes
al encontrar la fogata perdida

junio 1995

Este poema también pertenece a mi plaqueta Airones, publicada en septiembre de 1995. En este poema estoy parafraseando un verso mío (cerrar las puertas mojadas de ventanas) que ya había utilizado en el poema "Antes Como Silvios Y Petreles" de mi plaqueta Guarismos (1994), y que dice así: y abrir puertas mojadas de ventanas. Sin duda, esto es una interpolación entre lo positivo (abrir) y lo negativo (cerrar). Y así vamos completando los poemas que faltaban pertenecientes a Airones. Saludos ^_^

sábado, 4 de septiembre de 2010

Antes Como Silvios Y Petreles...

Antes como silvios y petreles,
y conversando para adentro por los curas.
Hoy como hirientes mugres
y algo más que olvido con este sol,
medio al atardecer que entornillo
en solitarios ques.

Rastro... Los papeles en tiza, también
los anchos gajes cayendo en momento
y las palabras del camino decible.
Ola. Mece.
Agacho en cueros, números y garabatos
a mis pies, por mi doble corte,
que se esconde entre triángulos sonrientes.

Parece que no fuera ayer toda.
Así ronronea esta esquina,
vuelvo milagro en uno viene.
Sé que señalar cuando interno estoyme
y viendo rebrotar la cornucopia
de la naranja,
para luego verla andar en la calle
y abrir puertas mojadas de ventanas.
Por último salgo, olvido, me vivo,
pongo un epílogo en cromo al lugar.

Y espero, de las sales, raíz tras raíz.

Octubre de 1994

Este poema, que tanto fascinaba a Paul Guillén y a Renato Gómez, ambos directores de la excelente revista peruana de poesía Girabel, apareció en mi plaquette Guarismos (edición del autor, 1994). También se publicó en la revista Taller De Poesía de la Universidad de San Marcos (Año II, No. 2, Enero del 2001). Una versión en formato .pdf, tomada de esta revista, puede verse de vez en cuando aquí.

sábado, 7 de noviembre de 2009

VI

Reacción narrativa de la tierra y de la cara,
odisea de gajes sin oficio.
Son cuentos, una nouvelle nueva
que no ha salido de la corteza.
Me violento la espalda a la risa,
a la tarde en que entré en un umbral
roto, después de alzar la melena
y recibir un día de mayo en el cementerio.
Qué triste estar solo.
Solo con un diablillo continental
que me agita, que me pone y me reconstruye
nervio a nervio mis dientes,
mis cartas, mis cartas, mis cartas.
No puedo hacer locura,
estudiar un fósforo,
o ver lo que me da un sistema
de grandes sueños, tomadas praderas,
predios, oh salvación de enfermedades.

Un renglón a otro renglón, diez vidas,
a un amigo he demostrado. Y ahora…
Qué hacer después del sufrimiento embriónico?
Tengo compasión al ponerme el sombrero,
humos para todos y para muchos,
arrullos para el que me impide.
Y ahora…
Habrá un incendio para mí?

1994

Este poema apareció en mi plaquette Guarismos (1994). Espero me disculpen los pocos neologismos usados, habituales en mis escritos de ese tiempo. Al parecer –releyendo el poema− trataba de describir lo que sentía un narrador, tal vez Ernesto Mora (ver aquí y aquí), el único que leía en esa época ^_^

miércoles, 6 de mayo de 2009

I

A solas me recreo
en la rapidez de la distorsión,
en los manglares de mi lápiz
y el bocado de calor del verano.
Para por favor caja,
para con un botón.
En un cable suenan los labios,
los domingos oscuros,
la sin par letra de páginas.
Se va a quedar
en nuevo curso rasgando
un grito que no comprendo
con mis propios lentes!
El sonido del viento también
se mete por la oreja
hacia el mismo cable
de plenitud y adaptación.
Ya la paréntesis no sirve,
nada sirve para esto.
Y otra vez estoy solo
sentado o leyendo;
jalo una cuerda con otra
y así me paso la tarde
haciendo una demolición
en el cónclave del suelo.
La negra y pelada pared
sirve ahora para escuchar
los diez minutos
de un amargo diccionario.

1993

Escrito cuando aun asistía a la escuela secundaria, este poema apareció en mi plaqueta Guarismos (1994), en él enumero algunas de mis aficiones: escuchar música a alto volumen, leer sentado en el suelo, observar a través de las ventanas, etc., las cuales sigo cultivando ^_^

lunes, 16 de marzo de 2009

V

a César Vallejo


Seguiré cavilando a tu hueso en la tarde, entre tu oscuro simple, el borde de tu cabeza y tu paso en la Naturaleza a errar. Recuerdo ese óleo a que sea un pequeño modesto, lo sé cuando caen las máquinas que saben hacer cielos lentamente. He nacido en el pino al que dejaste abrir tu puerta sin salida, pernocto en el pelo que os cubre y me es difícil decir cómo prepararte al acostarte en mi pecho, en nuestro azul de trompeta, en el hálito ilustrado. Tú que eres la punta del sol pobre y que se quedó siendo vaso, agua de tu sembrada antemirada. Así mismo paro de camino, y tu mano es mi corazón hecho magnolia porque aquella rueda al compás de la franja silenciosa que soltaste. Y os llamo: Hervacio, aquí, oh eternicidad de poeta.

1994

Este poema -que antes se llamaba “Manteniendo Al Ser”- dedicado a mi adorado Vallejo, forma parte de Guarismos (1994). Con posterioridad se publicó con el título de “César Vallejo” en la revista Galera (No. 5, Año 1, Octubre 1995) que dirigía mi amigo el sanmarquino superdialéctico Cristian Ubia (este Vallejito Saavedra, como tú me llamabas, no te olvida Cristian donde quiera que estés). Un poema ideal para conmemorar los 117 años del natalicio del gran poeta de Trilce.

viernes, 20 de febrero de 2009

IV

Ya estoy largo de la Noche.
Delicia de paraguas hirviendo los bismutos
al comparar la pared que es
el paso del tiempo,
como un mismo mulato haceriado
de niños por fragores.
Pulseando la tumba de los pequeños momentos
me quedo en mi mitad peatonal
y sigo siendo hombre entre las lagunas.

Oh arpas aquietadas y somnolientas,
mañana quisiera saber el no saber
el lado de producción de mi reducida
oblación sirviente,
y afiebrarla
y besarle en una perla cadente.

Me afloro: Ya estoy larguísimo de lo contrario.
Suerte a lo que perdure.

Septiembre de 1994

Este poema –muy celebrado por Manuel Pantigoso en la época que integré su taller de poesía organizado por Mammalia, y quien luego se olvidó de mí magistralmente en una antología sobre los 90’s- apareció en mi plaqueta Guarismos (1994). También fue elogiado por Miguel Ángel Huamán para variar la cosa ^_^

Actualización al 01/04/2009: Este poema aparece en la página 67 del libro ensayo Técnicas De Restauración Poética (Lima: Universidad Nacional de Educación, 2008) de mi amigo el poeta Antonio Sarmiento (Chimbote, 1966) a quien agradezco mucho por la mención en su estudio ^_^

miércoles, 10 de diciembre de 2008

X

A mayoría de encierros
corro a los establos que se dan tosiendo,
buenas maneras que limpian a la vida
vastos gritos de los nublillos,
y cuando salgo, aquí, a lo que digo,
respiro muchas flores tirantes.
Mi brazo desea sentarse
porque puede volverse cojo,
y ahí mismo avuelto la moneda,
subrayada en todas sus hijas sueltas.
Virantes, las puntas de la esquina,
suben en el vuelo de un violisco,
como quietud dentro del cuerpo
pequeño, adentro.
Para nada en el paso de las crines
acaricio la vejez de lo que no veo,
y me dicen que pregunte
por la espalda del ayer.
Noviembre - Diciembre 1994

Este poema fue el primero que publiqué el miércoles 18 de Enero de 1995 en el semanario sanmarquino La Ciudad (No. 4, Año 0), que fuera dirigido por Rafael Tolentino R. Este poema pertenece a la colección Guarismos (1994).